3) Educación en España
La segunda sesión de la
asignatura, la del día 22 de septiembre, la dedicamos al estado de la educación. Comenzamos comparando el modelo educativo
de 9 países: Corea del Sur, Finlandia, Japón, Holanda, Canadá, Singapur, Reino
Unido, Rusia y Estonia. Todos ellos figuran en la lista de los mejores sistemas
educativos según las
evaluaciones internacionales (PISA, TIMMS o PIRLS). Resulta llamativo que
a pesar de ser tan diferentes, todos ellos son muy prósperos, lo que nos
permite concluir que no existe un modelo estrella, sino que cada uno tiene sus
pros y contras.
En clase nos dividimos en 7
grupos, cada uno de los cuales tenía que debatir sobre un tema concreto. Yo
formé parte del grupo 6, junto a Sergio, Tamara, Carolina y María, en que
debíamos dar nuestra opinión acerca de la cultura
del esfuerzo. Para ello nos ayudamos de un artículo del periódico El Mundo
de 2017 titulado “Estudiar hasta la
muerte en Corea del Sur”.
El modelo educativo surcoreano se
identifica por ser riguroso y extremadamente
estricto, llegando a invertir más de 12 horas diarias en el estudio. La cultura
de Corea del Norte impone una
gran presión a los alumnos, y su filosofía se resume en que el éxito depende
del trabajo duro. La parte positiva de este sistema es que los estudiantes
desarrollan el pensamiento crítico y la capacidad de análisis. Sin embargo, en
la otra cara de la moneda nos encontramos con unas tasas de suicidio
estratosféricas, generadas por la presión a la que se ven sometidos.
En el caso de España, como bien anunciaba el
profesor, tendemos en caer en el derrotismo porque nos comparamos con la élite.
Uno de los mayores retos a los que se enfrenta el país es la tasa de abandono
escolar del 30%. El Ministerio de Educación propuso 12 medidas como parte del
plan de actuación a llevar a cabo entre los años 2010-2020, entre las que se
incluyen entre otras propuestas: la modernización de los centros educativos, el
aumento de becas escolares o una mayor inversión en tecnología.
La propuesta de mejora vendría de
la mano del análisis de los sistemas educativos de los países con mejor puntuación,
cogiendo los puntos fuertes de cada uno. Así, de Finlandia podríamos quedarnos con la flexibilidad y la
ausencia o disminución de las tareas para casa; de Japón se podrías rescatar la igualdad de oportunidades que
se consigue a partir de un currículo académico estándar para todo el país; de Holanda cabe destacar el uso de
las TIC y la autonomía de los alumnos, siendo el profesor un mero guía; y
finalmente, en Canadá destaca
la educación bilingüe y el enfoque en investigación.
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